Para el último trimeste del año 2017, me sentía preocupada porque soy una mujer de 42 años (a la fecha del año 2018) y mido 1.53 mts de altura; para el año 2017, mi peso era de 57.8 Kg … y para empeorar mi situación se aproximaba el mes de diciembre, lo que quiere decir que iba en ascenso mi peso y parecía un punto de no retorno a mis 50 Kl, “los que trataba de mantener”, pero con el paso del tiempo, stress, rutina y mala alimentación no veía que pudiera volver a obtener.
Yo he sido mujer que me he preocupado por verme saludable y con medidas que estén en proporción a mi estatura y contextura corporal, pero con una adicción al chocolate, pasteles, dulces, postres y eso no es una buena alimentación, más si estoy en una edad adulta, me llenaba de información respecto de tratamientos que me significara que en el menor tiempo me dieran resultados, por lo tanto acudía a tratamientos estéticos unos invasivos, otros no tanto para mantener las medidas que se adecuaban a mi talla y estatura, en todos gaste incontables sumas de dinero, en los que obtenía resultados pero posteriormente volvía a subir de peso y con el agravante de ir creciendo una barriga y grasa localizada que nunca en la vida había tenido y ocultaba a través de fajas.
A través de una amiga muy especial que hace parte de un grupo de mujeres al que asisto, me hablo de las maravillas de una dieta a la que se sometía (estoy hablando en el año 2017, a mediados de noviembre) con una médica que aplicaba métodos alternativos. Los resultados que vi en mi amiga fueron sorprendentes ya que hacia tan solo un mes la había dejado de ver y tenía una significativa pérdida de peso y medidas. Sin pensarlo dos veces pedí los datos de la médica y para el 2 de diciembre de 2018 pedí cita de valoración. Inicialmente mi expectativa era únicamente perder de peso, pero al escuchar a la Dra. Liliana explicar su método, mirar las consecuencias y el diagnostico que me dio me di cuenta de que más que estar asistiendo a una cita para perder peso, estaba asistiendo a una cita con mi bienestar físico y emocional.
Inicie entonces una dieta que tanto mis compañeros de oficina, amigos y familiares daban por fracasada porque diciembre es un mes de comida, bebida y rumba. Sin embargo hice un pacto con migo misma y fuerza de voluntad, me dije yo sé, que si puedo.
Así, es como inicie asistiendo a cada cita, primero dos veces por semana, después cada quince días y por ultimo 1 vez al mes, en los que se veía el avance y mejora en mi salud, en mi aspecto, en mi bienestar emocional y lo más importante de todas en conductas alimenticias. Los cambios han sido tantos, que en mi entorno familiar también aprendieron las conductas de alimentarse bien y mejor. Hoy estoy en la etapa de sostener el peso y medidas con el acompañamiento de mi Dra. Favorita Liliana Valderrama, gracias por hacerme entender que quien se envenena y merma su salud en vida es uno mismo a través de conductas alimenticias no sanas aprendidas, por orientar y enseñar que aunque estemos en un mundo lleno de contaminación, sabiendo escoger lo que como, donde y cuando puedo ayudarme a vivir en bienestar.
Un abrazo gigante